con las salidas de Sergio Reguilón y Gareth Bale (cedido y traspasado, respectivamente, al Tottenham Hotspur de José Mourinho) a falta tan sólo de confirmación oficial, el Real Madrid completa una ‘Operación Salida’ en la que ha cubierto todos sus objetivos de mercado, centrados este año en las ventas y cesiones y no en las incorporaciones a causa de la pandemia del Covid-19.

Han sido meses intensos en las oficinas del club blanco, desplazadas a Valdebebas ante la demolición de la mítica T4 a causa de las obras de remodelación del Santiago Bernabéu. Desde el principio el club dejó claro que no se iban a producir altas, difiriendo sus grandes objetivos (Mbappé, Camavinga, Haaland) a los cursos venideros, empezando, si el virus lo permite, por el verano de 2021.

La gestión de los dirigentes blancos permite al club presentar a estas alturas un balance positivo de casi 100 millones de euros, un hecho insólito en la historia del club blanco. El gasto en fichajes se reduce a cero, pues sólo se han producido las recuperaciones de los cedidos Odegaard y Lunin.