No engañó Ronald Koeman. Aseguró, de entrada, que ignoraría la edad en el DNI de sus muchachos, siempre y cuando no escatimen en esfuerzo. Y, en su estreno en el banquillo del Barcelona ante el Nàstic en el amistoso disputado en el Johan Cruyff (3-1), apostó por una columna vertebral con Piqué (33 años), Busquets (32), Messi (33) y Griezmann (29). Aunque al equipo le faltó presencia en las bandas y chispa cuando perdía el balón, su doble pivote, con Aleñá y Busquets, no sorprendió a nadie. De la misma manera que la ausencia de Luis Suárez y Arturo Vidal de la convocatoria se ajustó con la idea del técnico holandés de prescindir del uruguayo y del chileno.
El único jugador del Barcelona no convocado que se presentó a la Ciudad Deportiva para observar el debut del equipo de Koeman fue Ansu Fati, baja por una contusión en la cadera derecha. Ya no era extraño ver al canterano azulgrana la campaña pasada en el Johan Cruyff para ver a sus compañeros del Barça B cuando ya estaba en la dinámica del primer equipo. No se esperaba a los lesionados, Ter Stegen y Umtiti; tampoco a los descartados, Wague, Rafinha; ni a los que recientemente recibieron el alta tras superar la covid-19, Pjanic y Todibo; mucho menos a Luis Suárez y Arturo Vidal.
Fue claro Koeman con el uruguayo y el chileno. Tras su primera reunión con Messi, al día siguiente telefoneó a Suárez para avisarle de que no entraba en sus planes, lo mismo que hizo con Arturo Vidal. Pero no es fácil encontrar salida para el 9, segundo en la escala salarial azulgrana, con contrato hasta 2021. Mientras espera conseguir el pasaporte italiano para saltar a la Serie A, Suárez está dispuesto a ceder en la negociación para rescindir su contrato. La Juve le quiere y Antonio Conte quiere a Vidal en el Inter.